Ermita de San Berto

Hinojal

HINOJAL, enclavado territorialmente en la zona conocida como los Cuatro Lugares en la provincia de Cáceres. Su historia se forjó durante los siglos XIV y XV. Los Templarios, dueños de la Comarca de Alconétar, configuraron religiosa y económicamente a Hinojal, un pueblo rico y eminentemente religioso.
El dominio del Conde de Alba de Liste, el poderío del Real Concejo de la Mesta, el reparto de tierras que se hizo en el año 1514, y, sobre todo, la desamortización de los bienes propios y comunes del Concejo, realizada en el siglo XIX, fueron las causas de la decadencia económica del pueblo. El final de la historia de lo que fue Hinojal transcurre durante el tiempo que media entre la desamortización del siglo XIX y la emigración de los años cincuenta y sesenta de este siglo. En 1594 formaba parte de la Tierra de Alcántara en la provincia de Trujillo. A la caída del Antiguo Régimen, la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, perteneciendo al Partido Judicial de Garrovillas. El Hinojal que conocemos hoy día, nos presenta un patrimonio lleno de historia, de cultura y tradición destacando la singular Ermita de San Berto, la Iglesia de la Asunción y el Molino de Pedro Arias, entre otros recursos de interés.

San Sebastián Hinojal

¿QUÉ VISITAR?

Sus vestigios arqueológicos nos dan cuenta de antiguos asentamientos anteriores a la época romana como son: Villar de la Rodriga, Lajardina, los Torreones, los Castillejos, Ruinas de Casasola y Villarías. Estos están compuestos de una calzada romana, un puente romano que sigue en uso y restos de varios molinos de cereal. Cuenta con un cementerio árabe junto al cual se encuentra la Ermita de San Berto, pequeña ermita de la Cofradía de San Bartolomé, creada en tiempos de los caballeros de la Orden del Temple y situada en la zona poniente del pueblo. Pocas noticias existen sobre su origen pero sí se puede contemplar su marcada austeridad y carácter militar. Otros edificios religiosos de obligada visita son la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de finales del  siglo XV, la Ermita de San Juan y la Ermita de Santo Toribio, además de otras construcciones que forman parte del patrimonio histórico de Hinojal como los Molinos Caídos de la Charanga en el arroyo del Santo y los Molinos Caídos en el arroyo del Fresno que aún conserva la piedra solera de granito, la Piedra escrita en la Huerta de la Laguna (Dehesa Boyal), el puente conocido como «La puente» o la Casa de los Boyeros, chozo de planta circular y construido en pizarra.

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción. Edificada en el extremo norte de la población entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI, se trata de una esbelta construcción de mampostería de pizarra con sillares graníticos en la fachada del hastial y como refuerzo en las esquinas y contrafuertes.  Fue restaurada en 1928 y fruto de esta obra el edificio queda configurado en un solo tramo, de los tres que tuvo en principio. Los altares laterales interiores están decorados con pinturas al fresco con motivos religiosos, dedicados a las advocaciones de la Dolorosa y  del Nazareno, respectivamente. En el altar mayor se encuentra un retablo dorado que se realizó a mediados del siglo XX.

Ermita de San Juan. De trazas románicas, existe desde el siglo XVII. Es de planta rectangular, y está construida con mampostería de pizarra encalada. Probablemente fuera el templo principal del pueblo pero en la actualidad es propiedad particular.

Ermita de San Berto. Pequeña ermita de la Cofradía de San Bartolomé, creada en tiempos de los caballeros de la orden del Temple y situada en la zona poniente del pueblo. Pocas noticias existen sobre su origen pero sí se puede contemplar su marcada austeridad y carácter militar, características propias de los edificios religiosos templarios presentando un interior bastante recio donde solamente unos simples esgrafiados decoran las paredes. De planta cuadrada y con muros fabricados con lajas de pizarra. Su cúpula de ladrillo, permite barajar la posibilidad de que el edificio fuera erigido antes de la Reconquista, considerado por algunos estudiosos como una vivienda de un eremita islámico.

Otros edificios religiosos. Ermita de San Juan y la Ermita de Santo Toribio.

Molinos. Molinos Caídos de la Charanga en el arroyo del Santo y Molinos Caídos en el arroyo del Fresno que aún conserva la piedra solera de granito.

La puente. Es un puente de un solo ojo de arco irregular sobre el cauce, y cuenta además con dos aliviaderos rectangulares a ambos lados. Según un documento del Archivo Histórico Provincial de Cáceres se sabe que este puente existía ya en el año 1657.

Casa de los Guardas.
En medio de la dehesa boyal de Hinojal se levanta el chozo conocido como la Casa de los Guardas. De planta circular, construido con pizarra, y tan sólo con un pequeño vano de acceso adintelado.

Huerta de la Laguna.
En 1805, el pueblo sufrió tal sangría impuesta por las tropas vencedoras que no había nada para comer. El Concejo, para paliar esta situación, destinó un dinero de los arbitrios municipales para crear algunos jornales y con ello construir el muro de la Laguna. Este singular suceso quedó escrito en una piedra de granito que corona el muro de dicha charca y que aún se encuentra en su lugar. Esta charca se reconvirtió en una huerta, siendo parte de su cerramiento el muro de la propia charca.

PARA AMANTES DE LA NATURALEZA

A finales de la estación otoñal, las grullas visitan la localidad de Hinojal alimentándose y cobijándose en espacios naturales protegidos declarados ZEPA como el Embalse de Talaván y Embalse de Alcántara.

Los suelos naturales predominantes en este municipio son las tierras pardas con una vegetación natural de matorral regresivo con lavándula, tomillo y escoba. Existen zonas de jara y el quejigo y abundan las encinas pudiéndose contemplar así en su Dehesa Boyal.

FIESTAS TRADICIONALES

Fiestas de San Sebastián. El día 20 de enero se conmemora la vida de San Sebastián. Se inicia esta festividad con una misa en la iglesia parroquial, seguida de una procesión en la que al Santo le acompañan seis mozos vestidos de soldados regulares y armados con escopeta, cantando saetas sobre la vida de San Sebastián.

Las Candelas o “Purificás”. En honor a la Virgen de la Candelaria, se celebra el 2 de febrero, como en otros pueblos de los Cuatro Lugares, donde la celebración se remonta a la purificación de la Virgen en los días posteriores al alumbramiento. Cuatro mujeres, vestidas con trajes regionales, simbolizarán la purificación, presentándose ante la puerta de la iglesia, pidiendo permiso para entrar y dirigiéndose hasta el altar donde ofrecen el niño, palomas y roscones.

San Blas. El día 3 febrero, después de las Candelas, se celebra este día con una comida campestre.

Santo Toribio. El 16 de abril, todos los vecinos se dan cita en la ermita de Santo Toribio para celebrar una misa y procesión. Al día siguiente, todos los vecinos de nuevo se reúnen para comer en el campo y festejar el Día de la Ensalada.

Fiestas en honor a la Virgen de la Asunción. En el mes de agosto, desde el 15 hasta el fin de semana siguiente. La denominada “cena del toro” marca el final de la fiesta y la celebración de San Berto.

SUS SABORES

Platos tan tradicionales como la liebre estofada o con arroz, el escabeche de patatas, la sopa de tomates de la huerta, la caldereta de cordero, el frite de cabrito, el gallo de corral, las tencas fritas y el mojo de peces, entre otros. En repostería sobresalen las roscas bañadas, los coquillos y floretas con miel, las perrunillas y la roscas de Santo Toribio.